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Los niños grandes no lloran... y otros mitos
Por el Dr. Michael Vallis, agosto de 2020
Creación del hombre moderno
Se llama ideología de género. Tu sistema de creencias culturales internalizado que te indica cómo debes sentirte y actuar.
La ideología tradicional de masculinidad es más o menos así: los hombres nunca deben mostrar debilidad ni relacionarse con cosas femeninas; deben buscar aventuras, incluso si eso implica violencia, esforzarse por alcanzar el éxito y ser “un roble robusto”, con un tipo de personalidad ruda, para nada afeminada.
Sospecho que la mayoría de los hombres al leer este párrafo reconocen estas actitudes. Pero, ¿hasta qué punto crees en este tipo de actitudes y las sigues? ¿Es posible que hacerlo sea más perjudicial que útil para uno mismo?
Soy psicólogo y creo que comprender el comportamiento, no juzgarlo, es la base para cambiarlo. Comprender el comportamiento nos da la oportunidad de reflexionar, considerar otras formas de actuar y decidir por nosotros mismos qué manera de actuar nos acerca más a la persona que queremos ser.
¿Por qué seguimos las normas sociales?
Entonces, ¿cómo deberíamos entender nuestro deseo de seguir las normas sociales?
Todos sabemos que los seres humanos tienen instintos de supervivencia. Generalmente, pensamos en esto en términos de supervivencia física. Pues, ¿adivina qué? Además de la supervivencia física, también tenemos un instinto de supervivencia social.
Los seres humanos somos animales sociales. Queremos encajar y evitar ser rechazados. Por lo tanto, no es sorprendente que necesitemos un conjunto de reglas que determinen lo que ESTÁ BIEN y lo que NO ESTÁ BIEN.
¿Es posible que hayas desarrollado creencias sobre cómo debes actuar que interfieran con tu capacidad para controlar tu peso?
El impacto de la ideología masculina en los índices de obesidad y en la salud masculina
Entonces, ¿qué? ¿Qué diferencia marca? Piensa en lo siguiente. Los hombres parecen malinterpretar el alcance de su sobrepeso en relación con las mujeres. Casi nunca se escucha a un hombre preguntarle a su pareja “¿crees que esto me hace parecer gordo?”
Por el contrario, no es raro ver a un hombre golpearse la barriga, sacar pecho y decir “siempre he sido un hombre grande y fuerte”.
Incluso cuando los hombres reconocen su exceso de peso, es menos probable que lo asocien con problemas de salud que las mujeres. Y es menos probable que los hombres consideren tratar de controlar su peso.
¿Por qué sucede esto? Es una buena pregunta. Porque la obesidad está en aumento en todo el mundo. ¿Te sorprendería saber que entre los hombres nacidos de 1946 a 1964 ha habido un aumento del 29 % en la prevalencia de obesidad cada década desde 1950? Una estadística bastante impactante, realmente.
Imagina que no estás contento con tu peso; te hace sentir mal contigo mismo. Reprimir esta emoción no genera ningún cambio, sino que refuerza tu problema de peso para hacerte sentir peor aún. La imagen que tenemos de nosotros mismos puede ser un gran golpe en esta especie de círculo vicioso.
Algunas personas incluso desarrollan el llamado “síndrome del fraude”. Duros por fuera, pero por dentro, están heridos.
Afrontar la respuesta de adaptación y estrés: la trampa de la negación
Hay algo en los hombres que les hace sufrir en silencio y sentirse mal porque nada cambia.
Pero ahora, para colmo de males, los hombres en países desarrollados corren mayor riesgo de desarrollar casi todas las enfermedades crónicas: cáncer de pulmón, enfermedad hepática, enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y, por supuesto, obesidad.
La respuesta predeterminada de los hombres al estrés es la base de su tendencia a no aceptar que hay un problema y a no buscar ayuda. Ahí es cuando actúa ese instinto de supervivencia. Por instinto, nos acercamos al placer y evitamos el dolor. La respuesta más frecuente deadaptación es escapar o evadir.
Más de una forma de adaptación
Entonces, ¿qué hacemos al respecto? Afortunadamente, hay opciones más allá de la evasión predeterminada.
Hay cuatro opciones cuando se trata de la respuesta al estrés:
Las emociones asociadas con el estrés pueden manejarse al alejarlas (minimizar la emoción: represión) o al enfocarse directamente en ellas (sensibilizar).
Estas respuestas forman un patrón;
- la lucha/huida
va bien con la represión y está asociada con lo que llamamos
adaptación centrada en la acción.
- Protegerse/amigarse va bien con la sensibilización y está asociado con lo que llamamos adaptación centrada en la emoción.
No es una situación buena o mala. Me gustaría que pensaras en estas formas de reaccionar al estrés como opciones. Si tu plan A no funciona, considera el plan B.
Si los hombres tienden a afrontar situaciones centradas en la acción, con una tendencia a reprimir los sentimientos y tener un patrón de comportamiento de lucha/huida, entonces hay opciones. Estar abierto a expresar sentimientos y enfocarse en cuidarse a uno mismo y a los demás puede abrir un gran abanico de opciones.
¿Qué respuesta se debería adoptar en el caso de la obesidad?
Las opciones son buenas porque la obesidad es una enfermedad compleja; no es simplemente el resultado de malas elecciones personales y de falta de fuerza de voluntad. Más bien, es un reflejo de factores biológicos, genéticos, sociales y ambientales (así como personales).
Es por este motivo que la clasificamos como una enfermedad crónica. Al igual que sucede con todas las enfermedades crónicas, no puedes controlarlas por tu cuenta.
¿Qué les funciona mejor a los hombres en lo que respecta al control de la obesidad?
¿Qué puedes hacer al respecto? Cuando analizamos la investigación sobre el control de la obesidad, vemos que las mujeres superan en número a los hombres en la mayoría de los estudios. Esto hace que sea más difícil ayudar a los hombres.
Se percibe que muchos programas comunes de obesidad no reconocen las necesidades de los hombres, sino que están orientados hacia las mujeres. Sin embargo, ha habido logros.
Veamos dos estudios de control del peso dirigidos directamente a los hombres. Uno de ellos se llamaba programa FFIT (Football Fans in Training), donde los participantes asistían al programa en estadios de fútbol.
Otro se llamaba HAT TRICK y utilizaba los vestuarios de un estadio de hockey semiprofesional para comunicarse con su público masculino.
Las investigaciones sugieren que los programas son más atractivos para los hombres si
- incluyen interacciones grupales con hombres con ideas afines
- utilizan el humor para llevar a cabo el programa
- presentan algún tipo de competición y
- se centran en la actividad física y en la nutrición
Pero, ¿qué sucede si no tienes una inclinación natural a aceptar un diagnóstico de obesidad como una afección médica crónica que merece ser tratada como tal y puede requerir ayuda profesional? Entonces, ¿qué?
Todos somos atletas
Me encantan las metáforas, así que permíteme compartir una. En lugar de verte enfermo, o débil y necesitado de ayuda, ¿estarías dispuesto a replantearle tu situación al atleta que llevas dentro?
Los atletas necesitan entrenadores. Muy pocos atletas llegan a la cima sin entrenadores. De hecho, los atletas de élite tienen un equipo de entrenadores. ¿Podrías visualizar de esta forma tu camino a seguir para lograr un mejor peso y salud?
Es como si regresaras de una larga temporada sin entrenar y fuera hora de volver al campo de juego.
Controlar la obesidad es un deporte en equipo
Al igual que en el deporte, quién debe conformar tu equipo de atención médica depende realmente de tus necesidades individuales y de tu estado de salud, pero en general, puede incluir un médico especializado en medicina de la obesidad, un nutricionista, un fisiólogo del ejercicio y un psicólogo de la salud.
Tu médico puede evaluar el impacto de tu peso en tu salud, ayudarte a desarrollar tu plan de control del peso personalizado, ofrecerte medicamentos o una cirugía cuando corresponda.
Los nutricionistas pueden ayudarte a lograr una dieta saludable y a encontrar maneras de reducir calorías para promover un peso más saludable. Los fisiólogos del ejercicio te pueden ayudar a diseñar un plan de actividad física personalizado. Y un psicólogo es útil para un cambio de comportamiento y para promover una autoestima saludable.
En resumen, para concluir, comienza a conformar tu equipo de atención médica. Como decimos en mi Canadá natal, mantente siempre atento y no pierdas de vista tu objetivo.
Referencias
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