Hablemos: 10 preguntas para hacerle a su médico
Estas diez preguntas pueden ayudar a iniciar un diálogo y dar los primeros pasos para comprender qué opciones de tratamiento para el control del peso están disponibles.
Londres, 2018. Un grupo de expertos asiste a una reunión del Colegio Real de Médicos (Royal College of Physicians, RCP) para analizar si la obesidad debe reconocerse como una enfermedad. El Dr. Andrew Goddard está escuchando atentamente. Debería estar haciéndolo. Solo unos meses antes, fue elegido como el presidente número 121 del RCP, el más joven en 400 años.
Para él, esta reunión no es un juego de palabras. Es un asunto importante que cambiará la forma en que las personas ven y tratan la obesidad. Al final, los votos lo confirman: la obesidad es una enfermedad. Una enfermedad crónica pero controlable que se ve afectada no solo por nuestros genes, sino también por el entorno moderno en el que vivimos.
“Es importante para la salud de la nación que eliminemos el estigma asociado con la obesidad. No es una elección de estilo de vida motivada por la gula de las personas, sino una enfermedad causada por desigualdades de salud, influencias genéticas y factores sociales”, dice el Dr. Andrew Goddard3.
El equipo del Dr. Andrew Goddard no es el primero en sentarse a hablar sobre la obesidad. En todo el mundo, similares grupos de trabajo de expertos han llegado a la misma conclusión que, a menudo, provoca acalorados debates en los medios. La obesidad aún se considera ampliamente como una simple cuestión de estilo de vida, de cuánto se come y qué tan poco se mueve, de energía que entra y energía que sale. Simple, ¿verdad? Pero no es correcto según la ciencia.
Para comprender por qué, comencemos con un breve experimento de pensamiento.
Imagine una enfermedad que:
Pero las personas que viven con la enfermedad rara vez buscan ayuda médica profesional porque creen que necesitan lidiar con ella por su cuenta.
Ahora, ¿no consideraría que la enfermedad es un problema médico grave?
Esta enfermedad no es imaginaria ni invisible. Existe y se llama obesidad. A las personas que viven con obesidad se les recuerda su enfermedad todos los días: en el transporte público, en las tiendas de ropa, en los parques o incluso mientras cena con sus seres queridos. Pero el tamaño es el aspecto menos importante de la obesidad. Los aspectos importantes son los que no se ven.
La buena noticia es que la obesidad es una enfermedad controlable y las personas que viven con ella aún pueden mejorar su salud y bienestar. De hecho, una pérdida de peso de solo el cinco por ciento es suficiente para reducir el riesgo de algunas complicaciones de salud relacionadas con el peso, como la presión arterial alta.
Pero el control del peso no tiene soluciones rápidas. Para perder peso y no volver a recuperarlo, las personas con obesidad necesitan tratamiento y atención adecuados y continuos. Es por eso que es importante reconocer a la obesidad como una enfermedad crónica y tratarla utilizando los últimos avances científicos.
Aunque muchas personas tienen en común la obesidad, necesitan planes de tratamiento individuales. Todos tenemos diferentes genes, salud, historias de vida, personalidades y entornos. Y no todos estamos motivados por los mismos objetivos. Es probable que un plan de tratamiento personalizado requiera una combinación de diferentes opciones de tratamiento para satisfacer las necesidades de una persona.
Cada vez más proveedores de cuidados de la salud reconocen la complejidad de la obesidad y aprenden cómo ayudar. Las opciones de tratamiento también están aumentando y se actualizan constantemente. En la actualidad, los tratamientos incluyen terapia conductual, reemplazos de comidas y dietas de baja energía, medicamentos contra la obesidad y cirugía bariátrica. Los médicos también analizan más allá de lo que usted come y cuánto se mueve. El control moderno de la obesidad implica comprender los patrones de alimentación individuales (cómo, cuándo y por qué come), así como patrones de estado de ánimo, sueño, estrés y actividad física.
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